Video performance, 1920×1080, HD, 4:46 minutos.
La historia que se inicia con la conquista europea nos ha negado un conjunto de conocimientos sobre nuestras propias culturas indígenas, negación que también se extiende –por mandato del patriarcado– al dominio sobre nuestras identidades y cuerpos. Antes de la llegada de los españoles a las tierras que están cercadas por las fronteras políticas del estado de Chile, existieron los Machis Weyes: sujetos que no se adecuaban al binarismo de género: podían transitar tanto en lo femenino como en lo masculino, lo político (ligado a los hombres) y lo espiritual (en manos de las mujeres).
Estas prácticas quedaron registradas en la crónica del criollo Francisco Núñez de Pineda y Bascuñán, quién describe a los Machis Weyes en su libro Cautiverio Feliz, de 1673: “Este parecía un Lucifer en sus facciones, talle y traje. Andaba sin calzones porque era de los que llamaban hueyes, es decir, nefandos, y de los que entre ellos se tienen por viles, por acomodarse al oficio de mujeres”.
Los Weyes fueron exterminados casi en su totalidad con la llegada de los españoles a las tierras. Su aniquilación se fundamentó, principalmente, a la acusación de cometer el pecado de sodomía, de acuerdo a los mandatos de la religión católica introducida. A partir de esta crónica propongo un cruce con mi propia biografía que parte de la premisa: “en la cultura mapuche no hay maricones”. Esta frase, dicha por mi abuela paterna, quien se denomina a sí misma como mapuche neta, es su reacción ante la presencia de un posible encuentro con un sobrino travesti. De esta forma, en la perfomance “You will never be a Weye” lo que se busca es la reapropiación de una identidad negada —a través del silencio— por la historia, la religión y el patriarcado, ironizando con trajes que simulan las vestimentas reales –como un disfraz– junto a una peluca sintética.
You will never be a Weye (2015)
Video performance, 1920×1080, HD, 4:46 minutes.
The European conquest has denied us a plethora of knowledge about our own indigenous cultures, a denial that also is extended –by the patriarchy’s command– to the control of our own identities and bodies. Before the arrival of the Spanish to the lands that are now fenced by the political borders of the Chilean state, there were Machis Weyes: subjects that did not adequate to the gender binary structure. The Machis Weyes were able to transit from what is feminine to what it is masculine, what is political (bound to men) and what is spiritual (bound to women).
These practices were registered in the chronic of the Spanish Francisco Ñúñez de Pineda y Bascuñán, who describes the Machis Weyes in his 1673 book El Cautiverio Feliz: “This one looked like Lucifer in his features, size and costume. He was not wearing underwear because he was of those called “hueyes”
(«Weyes»), that is to say, loathsome, and of those considered despicable, because they adjusted themselves to the purpose of women”
The Weyes were wiped out almost entirely after the arrival of the Spanish to the lands. Their annihilation was based, mainly, on the accusation of committing the sin of sodomy, according to the command of the recently introduced catholic religion. As of the above said I propose a crossing between this chronic and my own biography that starts with the premise: “In the Mapuche culture there are no faggots”. This phrase, said by my paternal grandmother, a pure Mapuche according to herself, was her reaction before the presence of a possible encounter with a transvestite nephew. In this specific way, in the performance “You will never be a Weye”, what is sought is the reappropriation of an identity denied –through silence– by the history, the religion, and the patriarchy, mocking the garments that simulate the actual clothes –as a costume- along with a synthetic wig.
Video registro: Alejandra Caro Rivera
Como en muchas civilizaciones antiguas, anteriores a la vision judeo cristiana, la conducta homosexual,sin ser mal vista, incluso como de la cotidianidad. Por lo tanto, sin lugar a dudas, esa vision catolica, solo trajo una categoria inferior a la mujer como a otras orientaciones sexuales, consangrando el patriarcado y la concepcion binaria de las relaciones
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Muchas gracias por la historia, tantas veces manoseada para que pueda ser cómoda para un discurso, pero que niega tanto.
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Muy profunda e interesante.
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